El nacimiento del teléfono fue de forma casual, como la mayoría de los inventos y éste, está muy relacionado con el telégrafo. Todo comenzó cuando A. Graham Bell intentó ayudar a su madre que era sorda y a su padre que era un especialista en la recuperación de éstos enfermos. Una de sus grandes aficiones fue el telégrafo, y justo gracias a su afición y las circunstancias surgió el invento, el teléfono. Una tarde en 1975 A.G. Bell se encontraba en su casa junto con su ayudante Watson quien tuvo un pequeño accidente manipulando el aparato telegráfico, contactó mal un tornillo y transformó en corriente continua lo que debía ser corriente alterna. Al otro extremo Bell puedo oír todo aquel ruido que su ayudante estaba organizando por su metedura de pata. A pesar del descubrimiento se tardó aun todo un año en transmitir un mensaje telefónico, pero cuando se hizo esto es lo que sonó “come here Watson, I want you”. Alrededor del año 1895 una de cada cincuenta personas ya disponía de teléfono. Las centrales automáticas nacerían en 1891. El teléfono público por monedas nacería después y con este saldría el teléfono portátil, el de bolsillo, el mando vocal e incluso el teléfono para sordos. Desde entonces hasta hoy ha sido una llovizna de mejoras e innovaciones como el teléfono móvil que usamos a diario, o la capacidad de amplificar cual quier sonido que no es perceptible para el oído humano por su diferencia de frecuencia.
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