Teoría evolucionista

        

Después de indagar y analizar teorías sobre la formación de la tierra y a partir de ésta la evolución de las especies vivas y por último realizar una visita al zoológico, podemos observar que la teoría de la evolución comenzaría desde que Anaximandro dijera que las especies cambiaban con el trascurso del tiempo, era y es una realidad. Algunos filósofos muy conocidos como Aristóteles, afirmaba que a partir de lo inanimado se creaban las plantas, luego los animales  y por último el hombre, aunque en un principio no tiene mucho sentido. Un Arzobispo del siglo XVII se basó en el Génesis desde Adán y Eva hasta la crucifixión de Cristo, también podemos nombrar a Galileo Galilei quien con su estudio de fósiles, sostuvo su teoría de que la tierra no era el centro del universo. Todos los aportes a la geología tuvieron efecto en Charles Darwin quien dijo que había un cambio continuo en la tierra creando Los principios de la Geología. Teniendo en cuenta todo lo mencionado es hora de hablar de la evolución filosófica a la ciencia actual.

El darwinismo dio lugar a importantes polémicas extracientíficas en su planteamiento evolucionista publicado en su libro El origen de las especies. Su teoría desencadenó un fuerte movimiento de rechazo capitaneado por la iglesia y que inevitablemente cambió en nosotros algo para el resto de nuestras vidas pues las concepciones antropológicas no pudieron ser las mismas después de Darwin y su influencia extendida por todo el ámbito filosófico. Al señalar el origen biológico de la especie humana dentro del contexto de la evolución de las especies se abrieron nuevas perspectivas en la consideración del ser humano, esta teoría fue ampliamente aceptada por la mayoría de los naturalistas. Hubo varias reinterpretaciones como fue la de Charles Kingsley que lo introdujo dentro de los planes divinos: el hombre sería producto evolutivo de la naturaleza, pero ella misma y toda su ordenación se deberían a los designios divinos. Con todas estas aportaciones, la teoría evolucionista fue aceptada por la inmensa mayoría de los científicos a comienzos del siglo XX. No obstante, no todas las reinterpretaciones de la teoría fueron buenas, pues el llamado darwinismo social  originó una posición racista que pretendía diferencias sociales apelando a las categorías biológicas, esta posición y pensamiento hizo huella en la teoría casi derrumbando su credibilidad llegando a ser menospreciada. Con los años el evolucionismo biológico también influiría  en muchos filósofos, dejando paso a las interpretaciones filosóficas que consideraban la evolución como un producto del azar. Desde el ámbito puramente científico y especialmente desde los albores del siglo XX, la genética de poblaciones, introdujeron nuevos elementos que se incorporaron a la noción básica de la selección natural establecidas por Darwin, cuyas tesis principales son: la selección natural, deriva genética y migración diferencial. Actualmente esta teoría es aceptada por toda la comunidad científica, no obstante se sigue investigando y muchos filósofos han señalado que la teoría de la evolución posee muchas lagunas observacionales y teóricas.