Ante la escasez de carne y la necesidad de compartir sus
alimentos preferidos con cada vez más individuos, se percató que podía
almacenar cereales como el trigo silvestre, la cebada, el sorgo, el mijo y
algunas legumbres como porotos y garbanzos, y que si los guardaba secos podía
utilizarlos meses después. También descubrió que podía arrojar semillas y
esperar sus frutos. La domesticación de las plantas, cambiaría para siempre su
vida e influiría directamente en su evolución social, pasando de ser un nómada a
un ser prácticamente sedentario alojándose en casas rústicas ya no sólo sino
con personas ligadas a él, su familia.
La necesidad obligó al hombre prehistórico a variar paulatinamente sus hábitos alimentarios, pasando hacia dietas menos sabrosas, pero más abundantes. Y que se podían guardar para épocas de escasez, dada su capacidad de aportar calorías almacenables en las cercanías de los asentamientos tribales, que pronto se convertirían en grandes ciudades. Los seres humanos constituyen la única especie animal que ha elaborado reglas precisas alrededor de su alimentación, acerca de las maneras de realizar operaciones sobre la naturaleza para producir y preparar sus alimentos y sobre los modos y las personas con quienes compartir su consumo.
La necesidad obligó al hombre prehistórico a variar paulatinamente sus hábitos alimentarios, pasando hacia dietas menos sabrosas, pero más abundantes. Y que se podían guardar para épocas de escasez, dada su capacidad de aportar calorías almacenables en las cercanías de los asentamientos tribales, que pronto se convertirían en grandes ciudades. Los seres humanos constituyen la única especie animal que ha elaborado reglas precisas alrededor de su alimentación, acerca de las maneras de realizar operaciones sobre la naturaleza para producir y preparar sus alimentos y sobre los modos y las personas con quienes compartir su consumo.
El nivel y la forma de satisfacción de las necesidades
nutritivas varía cuantitativamente de una sociedad a otra. Y cambia
dentro de ella según categorías como edad, sexo, nivel socioeconómico,
cultural, religioso, etc. Es por ello que el consumo de los alimentos expresa,
también, el lugar de los sujetos en la sociedad y pone en acto la búsqueda de
prestigio y diferenciación social.
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