viernes, 1 de junio de 2012
El Faro "cestos de fuego"
Una de las siete maravillas del mundo fue el faro de más de 100 m de altura construido en la isla de Faros, en el puerto egipcio de Alejandría. Edificado en el siglo III a.C., tenía en lo alto una fogata encendida en un gran cesto de metal. Se decía que era visible a 50 km. de distancia.
La mayoría de los faros primitivos se instalaban en puntos dominantes de la costa. Los romanos construyeron muchos a medida que su imperio crecía: en el año 400 había unos 30 en servicio desde el mar Negro al Atlántico. En España los romanos construyeron el faro hoy conocido como Torre de Hércules, en La Coruña.
El primer faro totalmente expuesto al mar se construyó en el siglo XIII sobre la costa atlántica francesa. Se hallaba sobre una isla en el estuario de Gironda, vía de agua muy utilizada en el comercio de vinos de Burdeos. Los faros construidos sobre rocas en mar abierto han de ser resistentes; generalmente se utilizan bloques entrelazados de hormigón y granito.
En cuanto a la luz misma, el cambio fue lento. En el siglo I a.C. comenzaron a sustituirse los «cestos de fuego» por velas o lámparas de aceite, pero hasta 1782 no se produjo otro importante avance. Un científico suizo, llamado Aimé Argand, inventó una lámpara de aceite diez veces más brillante que las anteriores. La forma tubular de la mecha aumentaba notablemente la corriente de aire a su alrededor, lo que la hacía arder con más fulgor. En los faros se popularizaron las lámparas Argand con diez mechas.
A finales del siglo XVIII se conocían ya los reflectores de metal curvos para enfocar la luz. El aparato de enfoque que se emplea actualmente proporciona una luminosidad cuatro veces mayor que la de un reflector ordinario. Fue inventado por el científico francés Augustin Fresnel y se instaló por primera vez en un faro en Chassiron (Francia) en 1827. Una lente esférica enfoca la luz en un rayo que se dirige al horizonte, y unos prismas parabólicos que la rodean recogen la luz dispersa.
Los faros modernos emiten un rayo intenso y estrecho, visible a 30 km. de distancia. Cada faro emite sus destellos de una forma característica que permite que los barcos lo identifiquen. Desde el más antiguo al más moderno hemos de reconocer que poseen un encanto místico y espiritual.
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