Furia de la Naturaleza

        

Todos conocemos el fenómeno meteorológico que es un tornado e incluso muchos de nosotros posiblemente hayamos tenido la oportunidad de vislumbrar uno sin temer las consecuencias que a veces implica tal acto de la naturaleza. Los tornados están considerados como una de las tormentas más violentas de la naturaleza, su origen está formado de una nube de tormenta llamada “comulonimbu”, es muy común que el tornado vaya acompañado por lluvia, granizo o rayos. Se forman a partir de una baja presión atmosférica en el centro de la tormenta y un desmedido viento, que forma una columna de aire rotativo en una nube, el embudo que baja y permanece suspendido llegando a tocar el suelo por un feroz remolino. El efecto de destrucción de un tornado es demoledor en la mayoría de los casos, pues se desplazan aproximadamente de los 50 km/h hasta los 400 km/h. La trayectoria promedio de un tornado es de unos 400 metros de ancho, pero se han llegado a divisar algunos de casi 1.6 km de ancho y 480 km de largo. Son capaces de destruir casa, vehículos y arrasar aquello por donde pasa, llegando a causar pérdidas humanas.

Todos recordamos la película “Twister”, en la que salía disparado como un proyectil un neumático de tractor. Pues bien la ficción en esta ocasión se asemeja a la realidad. Después de muchos estudios los tornados no siguen ningún patrón establecido, se pueden  formar de repente sin que se pueda emitir un aviso a la población. Los tornados están estrechamente relacionados con los ciclones tropicales, pero la ciencia poco a poco se ha ido retractando pues en España este fenómeno meteorológico cada vez lo vemos más a menudo. Por último y para concluir hablaremos de los efectos devastadores sobre los edificios, pues el viento genera una presión que ejerce sobre las ventanas, puertas y paredes que las edificaciones no suelen soportar, pero más aún devastador es la materia que es lanzada por la fuerza del viento. Recordad que en la naturaleza no hay recompensas o castigos, hay consecuencias.