¿Ha muerto la peseta?

   

El origen de la moneda se vio atenuado por los factores del día a día en la vida de nuestros antepasados. En su inicio el medio utilizado para comerciar era el trueque, pero siempre se corría el riesgo que lo que se intercambiaba no poseyera el mismo valor para cada una de las partes. No se tardaría en llegar a un consenso para que todo resultara más equitativo, y fue así como se empezó a cambiar metales como el oro, la plata, el cobre y el bronce hasta llegar a la moneda. La primera moneda acuñada perteneció al visigodo Leovigildo. En España tras la invasión de los musulmanes en la zona sur, trajeron consigo sus monedas como fue el dinar (de oro), pero cada uno de los reinos que poseía España utilizaba diferentes monedas, en Castilla se usó durante muchos años el maravedi y en Aragón se implantó el sistema Carlomagno de la libra. Con la llegada de los Reyes Católicos se creó el ducado que más tarde fue sustituido por el escudo, pero tuvo que ser  José Bonaparte quien acuñara por primera vez la peseta, nos encontramos en el año 1868 en el que entró en nuestras vidas con el fin de mejorar la economía y modernizar el país. Su nombre proviene del catalán (peceta), la palabra es incorporada al castellano en el siglo XVII. La primera peseta aparece el título de “Gobierno Provisional” y su dibujo es de una figura inspirada en una moneda del emperador Adriano, aparece una mujer recostada e la península ibérica. A esta moneda la sigue el hijo del monarca Alfonso XIII, primero en su niñez hasta su edad adulta. A estas le siguen las rubias que habremos escuchado en boca de nuestros abuelos o bisabuelos cuando nos relataban lo ocurrido en la Guerra Civil. Con la victoria de los franquistas se cuñó la peseta con en retrato de Franco. En el momento que en España se instaura la democracia y la monarquía se incorpora a la moneda el retrato del Don Juan Carlos I y el escudo real. Desde principios del 1999 a principios del 2002, los españoles tuvimos consciencia del final de nuestra moneda, nuestra peseta, la que ha convivido con nosotros 134 años de evolución. Evolución parada para dar paso a una nueva y joven moneda “el Euro”. Quizá nos gusta pensar a muchos de nosotros que la peseta no ha muerto pues seguimos convirtiendo muchas veces inconscientemente del euro a la peseta. Con todo esto hemos de deducir que no ha muerto la peseta pues está viva en todos nosotros.