Al pan pan y la cerveza vino

 


Para hablar de este amado líquido color oro, nos hemos de remontar 6000 años atrás en la historia. Se cree que apareció cuando algún campesino dejó olvidado el pan a la intemperie. Al día siguiente cuando lo hubiese recogido, fijó su mirada en un líquido que había segregado el pan, lo probó y quedó maravillado de tal forma que no dudó en reproducir el proceso para obtener más de ese brebaje. En tierras de los ríos Tigris y Eufrates, los sumerios ya conocían varios tipos de cerveza. Más tarde los babilonios heredaban la elaboración de la cerveza llegándola a considerar carácter religioso, puesto que solo las sacerdotisas de esa época podían reproducir el proceso de fermentación de la cebada, recibía el nombre de pan líquido. En cambio la leyenda de Osiris nos cuenta que la cerveza era un invento de los Dioses.
Nosotros llegamos a conocer la cerveza a raíz de las cruzadas entre Egipto y Europa. Dónde llegó a considerarse una bebida casi espirituosa fue en Inglaterra donde tuvo una buena aceptación, llegando a incluirse en la Carta Magna, indicando el consumo y la venta exacta del producto. Es también muy conocido el trabajo de catador de cerveza (Conner) un trabajo de los más antiguos en Inglaterra.
En España la conoceríamos de la mano de Carlos V a mediados del siglo XVI, su producción fu lenta pues carecía de popularidad. Tendríamos que esperar hasta el siglo XX para que su producción fuera mayor, con la apertura de empresas cerveceras conocidas mundialmente. Como vemos la cerveza goza de juventud entre nosotros y en la actualidad estamos considerados como uno de los principales países consumistas de este oro líquido. Cuando estemos en un bar, en una terraza o en nuestra casa y tengamos delante una cerveza, acordaros de aquel campesino que por un descuido, inventó lo que todos disfrutamos hoy en día.